—He estado de vacaciones en un resort estupendo, no le faltaba detalle, el baño de la habitación tenía hasta hilo
dental entre sus amenities.
—¡Qué envidia! Yo hasta septiembre no cojo vacaciones y
ahora estamos a tope en la oficina. Hemos tenido varias conference call con el CEO para definir los KPI del próximo trimestre.
Cada vez son más los anglicismos que
utilizamos en nuestro día a día, tanto en el ámbito laboral como en nuestra
vida privada. En concreto, en el sector
empresarial existen anglicismos muy arraigados como los que he utilizado en
el ejemplo. He aquí otros muy frecuentes con una
breve explicación:
- Due Diligence = Literalmente, «diligencia debida». Consiste en investigar a un tercero o un cliente con el que la empresa vaya a hacer negocios para comprobar que actúa conforme a la ley, no tiene deudas, etc.
- FTS = Sigla de Full-Time Equivalent, es decir «equivalente a tiempo completo». Esta cifra compara la jornada laboral de los trabajadores a tiempo completo frente a la de los trabajadores a tiempo parcial.
- Servicing = prestar un servicio a otra empresa.
- Know-how = saber hacer, conocimientos o experiencia.
- Head Count = número de trabajadores.
La pregunta que planteo ahora es: ¿Por qué
se utilizan tantos anglicismos? ¿El español no tiene equivalentes para estos
términos? En realidad, nuestro idioma es
muy rico y posee términos perfectamente válidos para transmitir estos
conceptos. Es cierto que la RAE tarda en incorporar nuevos términos a sus
páginas, pero la Fundéu es mucho más rápida y propone soluciones para lidiar
contra los anglicismos innecesarios, por lo tanto, casi siempre existen
alternativas en español a los anglicismos.
Entonces, si hay equivalentes en nuestro
idioma, ¿se utilizan anglicismos porque los trabajadores y directivos empiezan
a dominar el inglés? No lo creo, lo cierto es que los trabajadores no llegan a entender con exactitud el significado de
muchas de estas palabras. Las empresas generan una complejidad lingüística
que afecta a la comunicación cuando sería preferible que ofrecieran clases de
inglés a sus trabajadores para que pudieran mantener conversaciones o redactar
correos electrónicos en este idioma.
En mi caso, como traductora, cuando
traduzco documentos empresariales y me encuentro con este tipo de términos, intento utilizar un equivalente en español.
Sin embargo, muy a mi pesar, no siempre puedo hacerlo y es que hay anglicismos
tan arraigados que sus equivalentes en español no son reconocibles y, ante
todo, hay que tener en cuenta que nuestras
traducciones van dirigidas a un público concreto. Si, por ejemplo,
traducimos KPI directamente como
«indicadores clave de desempeño» es probable que a los destinatarios de nuestra
traducción les cueste entender de qué estamos hablando, pueden tener una idea
general de qué son los KPI, pero no
cuentan con un nivel de inglés suficiente como para relacionar el concepto con
«indicadores clave de desempeño».
Es importante saber inglés, pero me parece
un error hablar en «espanglish». En mi opinión, deberíamos cuidar más nuestro idioma. No va a desaparecer por
utilizar algunos anglicismos y, al fin y al cabo, es algo normal, puesto que en
todas las lenguas existen palabras que proceden de otros idiomas. Sin embargo, si
existen equivalentes en español que son totalmente reconocibles por los hispanohablantes
y expresan con exactitud la idea del término inglés, ¿por qué no usarlos?
Estoy completamente de acuerdo. Todo el mundo sabe lo que son los amenities, pero no nos cuesta nada llamarlos "comodidades" y de paso cuidaríamos más nuestro idioma.
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