jueves, 31 de enero de 2013

¿Siempre hay que traducir todo?


Se supone que un buen traductor tiene que trasladar un mensaje a otra lengua siendo lo más fiel posible al original y esto quiere decir, entre otras cosas, que no debe intentar mejorar un texto por muy mal redactado que esté o aunque le parezca que hay errores. Sin embargo, creo que esto sólo se produce en la teoría y que en la práctica hay ocasiones en las que se puede violar esta «norma». Voy a dar dos ejemplos concretos, son de una traducción que tuve que hacer para la ONG Fundación Sur, era una entrevista al autor de un libro que cuenta las penurias que viven los emigrantes africanos en su viaje para llegar a Europa.

Cuando algo resulta evidente para los hablantes de la lengua meta

«Mahmoud avait fait leur connaissance juste après avoir sauté la frontière de Ceuta, enclave espagnole au Maroc, en septembre 2005».

Quizá un francés no tenga muy claro que Ceuta es un enclave español que se encuentra en Marruecos, pero considero innecesario trasladar esta explicación al traducir esta oración al español y, de hecho, creo que si lo hacemos el lector español puede sentir que se le trata de tonto. Por esta razón, me pareció oportuno omitirlo en la traducción y se lo comenté a la ONG cuando se la envié.

Cuando estamos seguros de que hay un error

«Ce qui va à l’encontre des droits les plus élémentaires, de circulation, d’aller et venir, comme le stipule d’ailleurs l’article trois de la Déclaration universelle des Droits de l’homme: ‘‘Toute personne a le droit de quitter tout pays, y compris le sien, et de revenir dans son pays’’».

Tenemos este otro ejemplo en el que se habla del artículo 3 de la Declaración de los Derechos Humanos. Enseguida supe que debía de ser una errata puesto que dicho artículo dice así: «Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona». Vemos que no se corresponde con el francés y, además, sabiendo de que va el texto podemos afirmar que se trata del artículo 13: «Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país». En este caso tenía más claro que sí debía corregirlo puesto que era una errata. De todas formas también se lo indiqué a la ONG por si las moscas.

Y esto es todo por hoy. Tras esta entrada podemos concluir diciendo que cuando traducimos tenemos que tomar decisiones continuamente. Desde mi (corta) experiencia puedo aconsejar que lo mejor es informar al cliente de las decisiones que puedan afectar al contenido y de las que no estemos del todo seguros. No hay que tener miedo a preguntarle siempre que sea necesario y si en algún encargo no tenemos del todo claro el contexto, el significado de alguna palabra o si debemos adaptar algo, lo mejor es que se lo consultemos antes de arriesgarnos ya que podemos acabar metiendo la pata.

4 comentarios:

  1. Hola, Laura.

    Desde luego que, como comentas, no tiene cabida mantener los errores en la traducción, a menos que exista una razón de peso que lo justifique; hay que arreglar el texto, hasta el punto de tener que rehacerlo de cabo a rabo si hiciera falta (un ejemplo de transcreación, más que traducción). Sin duda, hay incluso casos en los que la traducción está mejor elaborada que el propio texto de partida.

    El tema que resaltas en este artículo acerca de la omisión en la traducción es una estrategia muy socorrida, sobre todo cuando se trata de extrapolar información a una cultura meta diferente. Es algo que se ha de tener en cuenta a la hora de traducir, pues si no se hiciera, puede hacer que el texto de llegada resulte demasiado pesado para el lector.

    Todas estas decisiones, como bien dices, comentarlas con el cliente, no sea que acabe pensando que se hubiera tratado de algún desliz nuestro; hombre precavido vale por dos.

    Felicidades por el artículo.

    Un saludo.

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  2. ¡Hola! Gracias por tu comentario :)
    Está claro que si sabemos con certeza que hay algo mal hay que corregirlo. En cuanto ha rehacer completamente un texto, me parece un poco extremo y nunca me he encontrado en una situación así, pero sí he visto textos con faltas de ortografía (y no hablo de una o dos...) y es que pensamos que todo el mundo que escribe lo hace bien, pero está demostrado que no es así.

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  3. Me gusta mucho esta entrada. Es verdad que a veces cuando traducemos encontramos errores en el texto original o otras cosas como has comentado (cuando algo en el texto original resulta evidente para los hablantes de la lengua meta). Espero que sigas comentando los problemas que encuentras en la traduccion y los metodos que usas para solucionarlos. Me resulta muy util y interesante. :)

    -Amelie

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  4. ¡Hola, Amelie! Me alegro de que te parezca útil ^^ próximamente escribiré sobre otros problemas de traducción que me encontré por ahí...

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